jueves, 23 de febrero de 2012

La paciencia como virtud clave

Murphy existe hasta en la fotografía. Cuando abrí el estudio nunca pensé que me llegaría a gustar tanto la fotografía de niños. De hecho, por querer siempre controlarlo todo, era un tipo de foto que esquivaba, al no poder conseguir siempre de los niños (sobre todo de los más pequeños) la fotografía que buscaba. Me equivocaba de lleno, y lo comprobé al poco tiempo. Los flashes asustan, el estudio no deja de ser un lugar desconocido y el fotógrafo es un extraño que mira a través de un aparato muy poco infantil.

Así que dejé la cámara y me puse con ellos, sentado en el suelo, a jugar con lo que tuviera más a mano. Así empezó a surgir la magia. Desde entonces, cuando los padres empiezan a apurarse porque el niño no posa, la respuesta siempre es la misma: no importa. Tiempo y paciencia es la clave de una buena fotografía infantil. La vida que transmite solo puede verse cuando un niño ríe de verdad, cuando pone cara de serio al intentar conducir un coche por el estudio, incluso cuando llora enfadadísimo y al segundo siguiente se calma al coger el chupete.


Noah


Delia & Selam

Juanma


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